A sus treinta años, el tenista suizo Roger Federer
aprovechó la final de la Copa de Maestros de Londres para lanzar un
mensaje alto y claro: el tenis soy yo. Era la final número 100 que
jugaba el ahora número tres del mundo. Derrotó al combativo
Jo-Wilfried Tsonga (número seis) en una intensa final de dos horas y
18 minutos que supone para Federer su sexta Copa de Maestros —por
delante de las cinco ganadas por Pete Sampras e Ivan Lendl— y el 70
torneo que se lleva a las vitrinas de su casa.
Su victoria, y la década del mejor tenis que lleva brindando el
jugador suizo a la afición, supone el triunfo de la seriedad
interior como fuente de energía y motivación. Federer no busca con
los ojos el aplauso de la afición. No se fustiga con largos
monólogos como los que abría el francés, de 26 años, para
flagelarse. No cambia de raqueta para reubicar su juego, como hizo
Tsonga —con éxito— en el segundo set. No hay nada específico que
destaque a Federer frente a sus contrincantes más próximos. Es la
constancia de su juego. La pulcritud de su estilo. Y la integridad
de su persona, dentro y fuera de la pista. El suizo cierra la
primera temporada desde 2002 sin lograr un Grand Slam. Y en el O2
estaba ansioso por vencer, se le notó en un primer set que ganó ya
en el octavo juego, cuando se puso 5-3 tras romper el servicio al
francés.
Final:
(3) M Mirnyi (Blr) & D Nestor (Can) bt (8) M Fyrstenberg (Pol) & M
Matkowski (Pol) 7-5 6-3,
El español David Ferrer, quinto tenista en el ránking
de la ATP, afirmó hoy, tras batir al escocés Andy Murray sobre el
cemento de la Copa de Maestros de Londres, que los mejores
resultados de su carrera los ha obtenido en pista rápida.
"La tierra se me da bien porque siempre he entrenado en ella, pero
juego mucho mejor en pista rápida. Mis mejores resultados son en esa
superficie porque mi juego es más recto, más plano, y la pista
rápida me da más opciones de restar delante", destacó Ferrer, que
hasta hoy había salido siempre derrotado de los encuentros con el
número tres del mundo en este tipo de superficie.
El español batió en dos sets (6-4 y 7-5) al jugador local, que
cometió diversas imprecisiones ante los casi 15.000 espectadores del
pabellón O2 londinense.
"Estoy contento porque he ganado a un jugador grandísimo, en un
partido muy importante y en su casa. Eso no es fácil. Jugué muy
bien, muy consistente durante todo el partido, aunque quizás lo hice
mejor en el primer set que en el segundo", comentó Ferrer, que
reconoció que unas molestias en la espalda pudieron afectar al juego
de Murray.
"Él jugó normal, como siempre, sus servicios llevaban mucha fuerza.
Siempre es muy difícil ganar a Andy, tenga o no problemas, pero en
todo caso si hoy los tuvo no fueron muy graves, porque disputó todo
el partido", afirmó el español.
Ferrer, que jugó su primera final en un gran torneo en la Copa de
Maestros que se disputó en Shanghai en 2007, perdió el año pasado
todos los encuentros jugados en Londres y espera hacer en esta
ocasión un buen papel en el torneo.
"Era importante empezar ganando, pero todavía necesito vencer, por
lo menos, un partido más, porque es muy difícil pasar a las
semifinales con solo una victoria", apuntó el quinto tenista del
mundo.
El español jugará los próximos encuentros en Londres frente al
serbio Novak Djokovic y el checo Thomas Berdych, encuadrados en el
grupo A del torneo, dos choques que espera afrontar "de la mejor
manera posible".
"Esta tarde jugaré a la videoconsola con Rafa (Nadal) y mañana
entrenaré y me prepararé para el siguiente partido", explicó Ferrer
(5) David Ferrer (Spa) bt (3) Andy Murray (Gbr) 6-4 7-5 ,